«Un cambio de combustible a uno no tan contaminante puede marcar la diferencia pero, sin lugar a dudas, es necesaria la reducción drástica del número de operaciones de este tipo de vuelos», apunta la directora ejecutiva de la Fundación IbizaPreservation, encargada de elaborar este estudio a través de su Observatorio de Sostenibilidad. Por su parte, Mariano Juan, vicepresidente del Consell d’Eivissa -entidad que financia la elaboración de este informe- destaca que la voluntad del Govern es la de cogestionar los aeropuertos de la isla «para poder tener más capacidad de influencia» y tener poder de decisión, por ejemplo, «en las tarifas que se cobran o en utilizar combustibles que reducen un 80% las emisiones y que ya están disponibles». Estudios recientes indican que los vuelos privados pueden emitir entre cinco y 14 veces más gases de efecto invernadero por pasajero que un vuelo comercial convencional y que entre 2019 y 2023 las emisiones globales de jets privados incrementaron un 46%.
El Informe de Sostenibilidad de Eivissa 2024 es un documento que analiza 60 indicadores socioambientales alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. El estudio destaca avances significativos en energía renovable y superficie ecológica, con un crecimiento histórico del autoconsumo fotovoltaico y del suelo dedicado a agricultura ecológica, pero también alerta de una fuerte caída de la producción agraria y de un aumento de las emisiones de CO2, dos de los principales retos ambientales que afronta la isla.
ENERGÍA.
En el ámbito energético, en 2024 la isla de Eivissa solo generó localmente el 34,7% de la energía eléctrica que consumió y la producción insular sigue dominada por fuentes fósiles, mientras que la energía solar fotovoltaica apenas representó el 1,19% del consumo total. Este nivel de generación renovable está muy por debajo del objetivo europeo del 42,5% para 2030. Pese a ello, se ha mejorado en el autoconsumo fotovoltaico, que ha continuado creciendo de forma exponencial. La potencia instalada pasó de 0,45 MW en 2019 a 25,9 MW en 2024, con más de 2.000 instalaciones activas.
De esta manera, la energía generada por autoconsumo triplica ya la producción de los parques solares conectados a red. En solo seis años, se han multiplicado las instalaciones registradas por 50 respecto de 2019. «Estos datos, así como los de generación de energía fotovoltaica en parques fotovoltaicos que en 2024 registró un máximo histórico, con un crecimiento del 8,4% respecto a 2023, demuestran que Eivissa poco a poco está avanzando hacia un modelo energético más sostenible y participativo, donde la ciudadanía juega un papel protagonista», destaca la coordinadora del Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation.
PLAYAS.
Otro de los datos que aparecen en el informe es la temperatura del mar. En este caso, durante el 2024, la temperatura media diaria del agua superó los 28 ºC durante 11 días consecutivos en el mes de agosto. Estos 28 ºC son importantes porque es la temperatura a partir de la cual empieza a deteriorarse la posidonia oceánica, la planta marina cuyas praderas en Eivissa y Formentera son Patrimonio de la Humanidad y provocan que el agua se mantenga cristalina. En este sentido, el estudio de IbizaPreservation también ha tenido en cuenta la calidad del agua de las playas de Eivissa, que en 2024 han presentado una leve mejoría en comparación con el año anterior, pero siguen lejos de los datos de 2010, cuando las 41 zonas de baño estudiadas presentaban una calidad excelente. En 2024, 25 zonas de baño presentan una calidad «excelente» (tres más que en 2023), 14 muestran calidad «buena» (una menos que en 2023) y dos son calificadas como «suficiente» (tres menos que en 2023).
DEMOGRAFÍA.
Eivissa registró en 2024 un descenso ligero respecto de 2023 (-3,5%) en cuanto al Índice de Presión Humana (IPH), pero es un 3,6% superior que en 2019, el año precovid. Mientras el valor máximo anual tiende a disminuir, el mínimo muestra una tendencia a crecer y registra una fuerte estacionalidad con la consecuente carga que soportan los recursos naturales durante los meses de verano. Cabe señalar que la población en la isla de Eivissa ha aumentado un 1,4% en tan solo un año, pasando de 159.180 habitantes en 2023 a 161.485 en 2024. De forma continuada desde 2012, cuando se registraron 137.357 habitantes, este crecimiento ha sido gradual y constante con un incremento del 15,1% en la última década.
La población extranjera ha experimentado un incremento significativo, pasando de representar el 8,2% en 1998 (6.895 personas), al 27,82% del total de la población en 2024 (44.925 habitantes). «Eivissa, por su dinamismo económico, hace que se generen oportunidades y haya un incremento de población sostenido y constante durante las últimas décadas. Nuestro compromiso ha sido el de luchar contra la presión humana que genera el sector ilegal. En el próximo Índice de Presión Humana del año 2025, se verán las consecuencias de la reducción de 14.500 camas ilegales comercializándose por internet, que este verano ya ha implicado una reducción media de 7.000 turistas cada día», apunta el vicepresidente Mariano Juan.
Elisa Langley explica que el número de turistas en Eivissa «está en torno a los 2.000 por cada cien residentes, a los que hay que añadir los 359 cruceristas por cada 100 habitantes que también vienen a visitarnos». En cuanto al impacto del turismo en el mundo laboral, el sector turístico supone el 41% de las afiliaciones en Eivissa, un porcentaje que asciende hasta el 82% si se tiene en cuenta todo el sector servicios. «Esto nos muestra la poca diversificación que hay en el sector empresarial y nuestra vulnerabilidad», señala Langley. En el lado contrario el Estudio de Sostenibilidad de Eivissa 2024 refleja una fuerte caída de la producción agrícola pese a haber aumentado la superficie cultivada ligeramente en 2024 respecto a 2023. En la última década, las hectáreas dedicadas a cultivos herbáceos extensivos se han reducido un 81,3%, mientras que la producción total ha caído un 85,4%. Concretamente, en 2024 se registraron solo 3.704 toneladas de producción (2.618 t menos que en 2023) frente a las más de 25.000 en 2014.
También destaca la disminución del 88% en la producción de aceite respecto del año anterior y una pérdida general de frutales y viñedos, asociada al abandono del campo, la falta de relevo generacional y los efectos del cambio climático, apunta el estudio de IbizaPreservation. Otro dato que preocupa a los redactores del informe es que el 24,4% del agua suministrada del conjunto de la isla se perdió por culpa de las fugas en la red. Un porcentaje que se superó el año pasado en los municipios de Sant Josep y Santa Eulària. Una situación que se suma a la baja reutilización de aguas depuradas: solo 0,40 hm³ fueron reutilizables en 2024 frente a los 3,95 hm³ de 2021, debido a la elevada salinidad de los vertidos y a deficiencias en algunas depuradoras.