Prueba del Honda Jazz Crosstar eHEV: sorprendente y fiable

Desde su aparición en Europa a comienzos de los años 2000, el Honda Jazz se ha ganado el respeto de los conductores que valoran la fiabilidad, la practicidad y la inteligencia en el diseño por encima del marketing o la apariencia. Este modelo urbano se ha convertido en un referente de versatilidad y aprovechamiento del espacio, demostrando que un coche pequeño puede ofrecer mucho más de lo que aparenta.

La actual generación, que debutó en 2020 y fue renovada en 2023, ha mantenido ese espíritu práctico, pero adaptado a los nuevos tiempos. La gama incluye esta versión Crosstar, que añade un toque SUV para atraer a un público que busca un coche urbano con una estética más robusta y polivalente. Se posiciona frente a rivales como el Toyota Yaris Cross, el Renault Captur híbrido, el Hyundai Bayon o el Mazda 2 Hybrid, pero lo hace con una filosofía distinta: menos apariencia, más inteligencia.

El Honda Jazz Crosstar no pretende ser un SUV de verdad, sino un utilitario algo más alto y versátil. Su diseño exterior es sobrio, limpio y equilibrado, con detalles que le aportan ese aire crossover: molduras protectoras en los pasos de rueda, barras de techo funcionales y una parrilla con acabado negro brillante. La carrocería mantiene unas proporciones contenidas —poco más de 4,09 metros— que lo hacen ideal para moverse por ciudad y aparcar con facilidad.

Su estética es coherente con el resto de la gama Honda. El frontal mantiene las líneas suaves que caracterizan a la marca en modelos como el HR-V o el Civic, y las ópticas LED aportan una firma visual moderna sin recurrir a artificios. Es un coche que transmite solidez, sencillez y calidad, justo lo que busca el público fiel a Honda. En definitiva, no llama la atención, pero sí inspira confianza.

Bajo el capó, el Jazz Crosstar equipa el sistema híbrido e:HEV, una tecnología propia de Honda que combina un motor de gasolina 1.5 de ciclo Atkinson con un motor eléctrico y una batería. La potencia conjunta es de 122 CV, gestionados por una transmisión automática e-CVT que prioriza la eficiencia y la suavidad. Este sistema trabaja de forma inteligente, alternando entre tres modos de funcionamiento: eléctrico, híbrido y térmico, dependiendo de las condiciones de conducción. En ciudad, circula la mayor parte del tiempo en modo eléctrico, mientras que en carretera combina ambos motores para optimizar consumos.

Las prestaciones son discretas, pero perfectamente válidas para su planteamiento urbano. Acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 175 km/h. Donde realmente brilla es en su eficiencia: los consumos reales rondan los 4,5 litros cada 100 km, lo que lo convierte en uno de los coches más frugales de su categoría sin necesidad de enchufarlo.

En carretera, el Jazz Crosstar ofrece un comportamiento equilibrado y cómodo. La dirección es ligera, pero precisa, y la suspensión filtra bien las irregularidades del asfalto. En ciudad se mueve con agilidad y resulta facilísimo de conducir, mientras que en autopista mantiene una buena estabilidad. El cambio e-CVT, aunque tiende a elevar el régimen del motor en aceleraciones fuertes, responde con suavidad y hace que la conducción sea muy relajada. Su confort acústico también ha mejorado respecto a versiones anteriores, con un habitáculo bien aislado.

Si hay algo que hace especial al Jazz desde siempre, es su asombroso espacio interior. Honda lleva años demostrando que un diseño inteligente puede obrar milagros. Gracias a la posición del depósito de combustible bajo los asientos delanteros, el habitáculo ofrece una amplitud superior a la mayoría de coches de su tamaño. Tres adultos viajan cómodos en las plazas traseras, con espacio más que suficiente para piernas y cabeza.

El secreto está en su genial sistema Magic Seats, un rasgo exclusivo de la marca. Los asientos traseros se pueden plegar completamente o elevar el cojín contra el respaldo, creando un espacio vertical enorme. Esto permite transportar desde una bicicleta hasta una planta grande sin desmontar nada. Es una solución tan sencilla como brillante, que aporta una practicidad difícil de igualar incluso por SUV más grandes.

El diseño interior sigue la línea funcional del exterior. El salpicadero tiene un aspecto minimalista, con materiales de buena calidad y un tacto agradable. La pantalla central de infoentretenimiento ofrece compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, y los mandos físicos para el climatizador —un detalle cada vez más raro— mejoran la ergonomía. Todo está donde debe estar, y el puesto de conducción transmite sensación de simplicidad y solidez.

En cuanto a equipamiento, el Jazz Crosstar no presume de ser el más avanzado, pero sí está muy completo. Incluye de serie control de crucero adaptativo, mantenimiento activo de carril, frenada automática de emergencia, reconocimiento de señales, sensores de aparcamiento y cámara trasera. También cuenta con faros LED, climatizador automático, acceso y arranque sin llave, y sistema de audio con seis altavoces. Puede no tener la última pantalla o el software más sofisticado, pero su dotación responde perfectamente a las necesidades del conductor medio.

La comodidad de conducción es uno de sus puntos más destacados. La posición elevada facilita la visibilidad, los asientos tienen un mullido equilibrado y la suspensión prioriza el confort sin perder firmeza. Además, la visibilidad es excelente gracias a los amplios ventanales y al diseño de los pilares delanteros, divididos para mejorar la percepción del entorno. Todo está pensado para hacer del Jazz un coche que se conduce sin esfuerzo.

En uso real, el Crosstar demuestra ser un coche muy racional. Es perfecto para la ciudad, donde su suavidad y tamaño compacto brillan, pero también se defiende bien en carretera, con una sensación de seguridad superior a la esperada. El sistema híbrido responde sin brusquedades y la frenada regenerativa es suave y fácil de modular. Es un coche que invita a conducir relajado, y eso encaja perfectamente con su filosofía.

En resumen, el Honda Jazz Crosstar 1.5 e:HEV es uno de los coches más lógicos, prácticos y eficientes que se pueden encontrar en el mercado actual. Su diseño discreto, su habitáculo sorprendentemente amplio y su sistema híbrido eficiente lo convierten en una elección ideal para quien busca un coche urbano sin renunciar al espacio ni al confort. No es el más rápido ni el más tecnológico, pero sí uno de los más coherentes. En un mundo donde muchos coches pequeños parecen grandes solo por fuera, el Jazz demuestra que lo realmente importante está dentro.

Podéis encontrar y probar este fiable vehículo en el concesionario Honda Proa Motor Balear, situado en Carrer Son Fuster Nou-E, 5 de Palma.

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