Santoral de hoy: cuáles son los onomásticos que se conmemoran este lunes 5 de diciembre

Buenas acciones, sacrificios mortales e incluso sucesos inexplicables surgidos por una aparente divinidad, son las razones por las que diferentes individuos fueron beatificados y canonizados por el Vaticano para llevar consigo el nombre de santo.

Todos los días, marcados en el calendario, se conmemora la vida y muerte de estos seres, hombres y mujeres, que dedicaron su existencia a la iglesia católica misma que les valió el nombramiento.

Este es el santoral del lunes 5 de diciembre.

Festejo del día: San Sabas

Cerca de Jerusalén, san Sabas abad, que, nacido en Capadocia, se retiró al desierto de Judea, en donde fundó un nuevo estilo de vida eremítica en siete monasterios que se llamaron lauras, reuniendo a los solitarios bajo un superior. Vivió durante muchos años en la gran laura, que posteriormente llevó su nombre, brillando con el ejemplo de santidad y luchando esforzadamente por la fe de Calcedonia.

Su vida comienza en el año 439 al nacer en Mutalasca, en la Capadocia. Tuvieron que cuidarlo sus tíos maternos y paternos cuando los deberes militares requieren la presencia de su padre en Alejandría. Desde muy pequeño advierte los afanes desmedidos de los mayores que pelean entre sí por los beneficios que esperan conseguir de la administración de los bienes que a él pertenecen.

Es admitido en el monasterio de Flaviano donde recibe educación. Allí crece en ciencia y en virtud, conoce es estilo de vida de los monjes, se empapa de su modo de vivir que le embelesa y, al tener edad, pide la admisión en el monasterio con dieciocho años.

Con el permiso de su abad, en el 457, marcha a los Santos Lugares y conoce los desiertos de Palestina. Pasa el invierno en el monasterio de Pasarion. Se consolida en él el amor al silencio y a la austeridad y por ello pasa al monasterio de Eutimio, próximo a Jerusalén y luego a otro dirigido por Teoctisto donde hay una estricta observancia y disciplina.

Su vida cobra verdadera dimensión de anacoreta en el apartamiento de todo y de todos en su gruta. Allí consume el tiempo con la oración abundante, la penitencia recia y el trabajo de hacer cestillos que lleva al monasterio cada sábado regresando con palmas para reanudar su trabajo. San Eutimio lo nombrará como “el joven viejo” para expresar en una frase su madurez y profundidad al tiempo que su ímpetu y fortaleza. Y lo conoce bien porque cada 14 de enero salen juntos al desierto de Rufan donde se dedican a una inclemente penitencia hasta el domingo de Ramos, considerando que este era el desierto donde Jesús vivió su cuarentena después de su bautismo en el Jordán.

Nota relajo en el monasterio de Teoctisto y marcha al desierto del Jordán donde en su cueva ha de luchar contra el demonio enrabietado que le declara una guerra sangrienta: visiones, fantasmas, aullidos e insultos que él combate con más oración y más penitencia.

Conocida su residencia y santidad acuden los fieles del lugar, con la intención de recibir instrucción y aprender de su penitencia. Es preciso entonces hacer cobertizos y bendecir un altar donde puedan decir Misa los presbíteros del lugar. Ni él se juzgó con suficiente virtud ni dignidad para ser sacerdote y afirmó que de ellas carecían algunos de sus discípulos. Esto le granjeó dificultades que llegan en forma de denuncia por enfermizo escrupuloso y odiosa rigidez hasta Salustio, Patriarca de Jerusalén, que termina por conferirle las Ordenes Sagradas delante de sus acusadores y dándoselo como superior.

Acuden a él fieles de todas partes; con frecuencia, también presbíteros y obispos. Corre por el mundo cristiano el nombre de Sabas.

Es la hora de hacer más monasterios. Se impone la construcción de un hospital donde puedan ser atendidos los peregrinos enfermos y, además, se precisa un amplio local independiente para formar debidamente a los novicios, separados de los viejos. Cada vez son más los que buscan su guía.

El Patriarca de Jerusalén lo nombra exarca de todos los monjes, eremitas y anacoretas del desierto.

Ya nonagenario, al final de su vida, ha de luchar contra la herejía en la Iglesia.

Además, el anciano, pobre y enjuto monje es recibido por el mismo emperador Justiniano a quien pide en conversación personal que se ocupe de propiciar la defensa de la ortodoxia, de la verdadera fe. Luego marcha a su cueva esperando el paso a la eternidad en el 531.

Fue uno de los santos más influyentes y significativos del anacoretismo en Oriente.

Junto a este personaje hay otros santos y mártires a los que también se les celebra este lunes 5 de diciembre como los siguientes:

San Anastasio

San Basso

Santa Crispina Tagorense

San Crispino

Santa Elisa

San Félix martir

San Geraldo

San Juan Almond

San Julio

San Lúcido

San Nicecio

San Pelagio monje

Beato Bartolomé Fanti

Beato Felipe Rinaldi

Beato Humilde de Bisignano

Beato Nicolás Stensen

Consulta las biografías de cada uno de estos personajes dando clic aquí.

Cuántos santos hay en la Iglesia Católica

Beatificación de José Gregorio Hernández. (Archivo Infobae)

El santoral es el conjunto de personas (mujeres y hombres) que son veneradas por la Iglesia al ser proclamados como santos o beatos en una fecha determinada en el calendario.

En el trayecto hacia la canonización hay cuatro pasos: el primero es ser nombrado como siervo de Dios, el segundo es ser venerable; el tercer paso es ser beato y, finalmente, el cuarto paso es ser santo.

La beatificación sólo la pueden lograr los fieles que hayan fallecido con fama de ser santos en diversos sitios y este proceso se puede llevar a cabo de dos formas: a través de una causa de virtudes heróicas y la segunda es el martirio, es decir, si la persona murió a causa de su fe.

Por otro lado, el proceso para convertirse en santo implica sumar el nombre de la persona santificada en el canon (lista de santos reconocidos) y con ello se permite que la comunidad creyente le rinda culto público y universal, en tanto, se le asigna una fiesta litúrgica, se le dedican altares, capillas y se reconoce su poder para interceder ante Dios.

Aunque la Iglesia no ha dado una cifra exacta, se cree que actualmente habría hasta nueve mil santos reconocidos. De acuerdo con el Martirologio Romano, actualizado en el 2005, la Iglesia Católica cuenta con al menos siete mil santos, aunque no se cuenta a los mártires, por lo que muchos piensan que incluso la cifra podría llegar a las 20 mil personas.

En la historia reciente, el Papa Juan Pablo II logró canonizar a 388 santos, mientras que el papa Francisco ha batido todos los récords luego de que al día de hoy ha canonizado a 898 santos, 800 de ellos al mismo tiempo.

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