Airbnb cierra el grifo a la oferta ilegal con la retirada de cientos de anuncios de Menorca

Por el momento la empresa todavía no ha facilitado el volumen de anuncios que han sido retirados de este canal de comercialización, aunque pueden servir como referencia los algo más de un millar de anuncios sin un número válido de licencia que, según el portal insidemenorca.com, se exponían hace justo un mes en la plataforma. Más allá de las cifras, llama mucho la atención navegar por el mapa de Menorca y ver que han desaparecido todos los alquileres de autocaravanas y vehículos camperizados, embarcaciones y habitaciones en pisos, por citar algunas de las infracciones más manifiestas que llevan años campando aparentemente a sus anchas.

Uno de los efectos más llamativos que ha tenido esta purga masiva de anuncios –este diario no encontró ayer ni uno solo sin el preceptivo número de registro único obligatorio o de licencia turística válida– es tan lógico como también novedoso: los anuncios en los núcleos urbanos se han desplomado, prácticamente han desparecido, redibujando el mapa de la oferta menorquina, que ahora se ajusta como nunca a la llamada zonificación, la normativa que prohíbe el alquiler turístico en los pueblos, el campo y las urbanizaciones de interior, las que no tienen una vocación turística, una restricción que fue aprobada por el Consell hace ya siete años, en verano de 2018.

Ciutadella, que concentra la mayor parte de la oferta de alquiler turístico de la Isla, es el municipio en el que más se evidencia la desaparición de oferta en el centro urbano. Hace unas semanas el número las calles del centro de la ciudad estaban salpicadas de anuncios de viviendas que no exponían ningún número de registro. Ahora los pocos que quedan son de algunas viviendas aisladas o entre medianeras, que en su día consiguieron obtener la licencia, y sobre todo habitaciones en hoteles boutique y pequeños hoteles de ciudad.

Cambio de rumbo

La plataforma Airbnb se fundó en el año 2007 en Estados Unidos y su penetración en Menorca ha sido paulatina. En verano del año 2013, por tomar una referencia, contaba con apenas medio millar de anuncios en toda la Isla. Tan solo cuatro años después ya superaba los 2.500 y este verano ha rebasado los 4.000 alojamientos, muchos de ellos sin licencia y sin posibilidad de conseguirla ya sea por la tipología del alojamiento o por la zona en que se ubica. En este tiempo la alarma social por el efecto del alquiler turístico ha ido creciendo, situándolo en la diana de la insatisfacción con la masificación turística y la escasez de oferta de viviendas para residir todo el año.

Después de años optando por dar la batalla legal contra las instituciones que han tratado de sancionar a la plataforma por albergar oferta ilegal, la empresa ha cambiado de estrategia llegando a acuerdos con las administraciones para combatir el fenómeno. El movimiento se produce, eso sí, cuando parte de la oferta ilegal se ha mudado de las grandes plataformas a las redes sociales para esquivar a los inspectores.