
En estas islas nos encanta el mar, siempre que no haya que mojarse. Lo digo porque llevamos años mareando la perdiz, y la barca, con eso de las marinas secas. Sí, esos lugares donde los barcos descansan en tierra firme. Algo así como los aparcamientos náuticos. Pero aquí, donde hay más amarres que plazas de aparcamiento en agosto, parece que poner un barco en seco es una herejía urbanística que nadie se atreve a tocar. Los ayuntamientos, tan rápidos para recalificar suelo para lo que haga caja, se vuelven súbitamente espirituales cuando se trata de reservar un trozo de tierra para la náutica local. No es competencia suya, dicen, como si el mar empezara justo en la puerta del consistorio y lo de dentro ya no contara.
Rebecca es una apasionada del marketing digital y una dedicada líder de equipo. Le encanta probar y compartir los últimos conocimientos sobre las tendencias de la industria, el crecimiento del mercado y el análisis de palabras clave con el nuevo algoritmo de Google y otros motores de búsqueda. Ella sabe efectivamente cómo el contenido alimenta diferentes subconjuntos del plan de marketing y comprende cómo desarrollar y compartir los activos de contenido en los canales correctos.
Enlace de origen : Aparcar el barco
