Dos gaviotas y su cría, las otras protagonistas de la fumata blanca

El jueves por la tarde, Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como nuevo papa. Sin embargo, las redes no pasaron por alto un curioso detalle que captaron las cámaras en el momento en el que se produjo la fumata blanca. Dos gaviotas y su cría se encontraban en el lugar en el que está la famosa chimenea que anunció al nuevo pontífice, lo que provocó multitud de comentarios y reacciones entre los usuarios.

Estas aves consiguieron desviar las miradas de la multitud congregada en la Plaza de San Pedro y de los internautas, que estaban atentos a todos los detalles que sucedían en las imágenes en las que se enfocaba la chimenea. Algunos de ellos ya han ‘bautizado’ a las gaviotas como las nuevas mascotas del cónclave.

Una molestia para el Vaticano y Roma

Pese a que por muchos han sido un símbolo para la elección del nuevo Pontífice, en El Vaticano y en Roma su presencia es algo molesta, ya que proliferan en sus vertederos y en sus calles, no siempre limpias y lejos del litoral, cuadriplicándose en pocos años hasta alcanzar los 40.000 ejemplares, según algunas estimaciones.

Por eso, no es raro ver a estos pájaros sobre los monumentos de la Ciudad Eterna o nutriéndose de los restos de comida en el suelo, o incluso comiéndose a otras especies como ratas o palomas. Su proliferación ha conllevado un aumento de los ataques, «más de 30 por la semana», según ha recogido en un informe del año pasado la asociación para la protección jurídica de la naturaleza ‘Earth’.

El Ayuntamiento de Roma, consciente de este problema, ha preparado 4 millones de euros hasta 2026 para el control de las gaviotas. Asimismo, antes de su periodo de reproducción, entre enero y febrero, aconseja a la población romana cerrar «si es posible» espacios externos como balcones o terrazas con redes o plantas altas para crear «un efecto barrera» y disuasorio. Y, por supuesto, mantenerlos limpios y en uso para evitar que puedan anidar en ellos. Porque, cuando una gaviota anida en un lugar «ya se sienten sus dueños y amenazan con agredir» a quienes los molesten, según ha explicado al diario La Repubblica la responsable de la Liga para la Protección de Aves (Lipu) Francesca Manzia.

El problema además se agrava cada abril, cuando empieza el periodo de eclosión de sus huevos, algo que también ha quedado patente en las alturas de la Capilla Sixtina, donde antes de la primera ‘fumata’ negra pudo verse a una gaviota con su pollito.

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