El incidente ha puesto de manifiesto, una vez más, las tensiones persistentes en la región y la complejidad de la entrega de asistencia humanitaria en un contexto de bloqueo. Desde Bruselas, la portavoz principal de la Comisión Europea, Paula Pinho, se ha pronunciado sobre el suceso, subrayando la imperiosa necesidad de acatar tanto el Derecho Internacional como el Derecho Humanitario. Pinho ha enfatizado que esta observancia es crucial «también en aguas internacionales», un punto que adquiere particular relevancia en el caso de la interceptación de embarcaciones en alta mar.
A pesar de la insistencia de los medios, la portavoz se ha mantenido cauta, afirmando que «esto es precisamente lo que reiteramos también en este contexto», sin ofrecer detalles adicionales sobre las acciones específicas de Israel. Esta postura se alinea con la de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien pocas horas antes aludió a la falta de información para evitar pronunciarse sobre la proporcionalidad de la actuación del Ejército israelí.
Por su parte, Eva Hrncirova, portavoz comunitaria de Gestión de Crisis, ha confirmado que el Ejecutivo europeo ha estado siguiendo de cerca los movimientos de la flotilla humanitaria y ha expresado su simpatía por la causa que representa. Hrncirova ha reconocido públicamente «las dificultades que entraña la entrega de ayuda humanitaria en Gaza» y ha asegurado que la Comisión mantiene un «contacto permanente con Israel y con los Estados miembro en relación con la ayuda». Además, ha reiterado el llamamiento constante de Bruselas para que se «permita el acceso rápido y sin obstáculos a la Franja», una demanda recurrente ante la crítica situación humanitaria en el enclave palestino. La portavoz ha querido dejar claro el apoyo al compromiso humanitario de los miembros de la flotilla, afirmando que «tienen derecho a hacerlo. Este tipo de activismo es uno de los pilares fundamentales de nuestros valores», y ha señalado que Bruselas comparte plenamente la finalidad de la acción.
Navegación libre o tutelada
El incidente de la Global Sumud Flotilla reaviva el debate sobre el Derecho de Navegación en aguas internacionales y la legalidad de las interceptaciones de embarcaciones con fines humanitarios. Según el Derecho Internacional Marítimo, los buques tienen libertad de navegación en alta mar, salvo excepciones muy específicas relacionadas con la seguridad o la soberanía de los estados. Sin embargo, el bloqueo naval impuesto por Israel a la Franja de Gaza ha sido objeto de controversia, con diversas organizaciones internacionales y países cuestionando su legalidad y sus implicaciones humanitarias. La Comisión Europea, al insistir en el respeto al Derecho Internacional y Humanitario «también en aguas internacionales», subraya la importancia de que cualquier acción militar o de seguridad se ajuste a la normativa vigente, incluso cuando se trata de un bloqueo como en este caso.
La portavoz Hrncirova ha enfatizado que la Comisión «apoya a esta gente en el sentido de que básicamente tienen el mismo objetivo que nosotros». Este objetivo común es «enviar lo antes posible ayuda suficiente a Gaza para poner fin al sufrimiento de la población (gazatí)». Esta declaración pone de manifiesto la alineación de la Unión Europea con los propósitos de las misiones humanitarias, reconociendo la urgencia de la situación en Gaza. La Franja de Gaza, un territorio densamente poblado, ha enfrentado durante años una grave crisis humanitaria, exacerbada por la guerra tras el 7 de octubre y las consiguientes restricciones de movimiento de bienes y personas, lo que hace que la llegada de ayuda sea crucial para la supervivencia de sus habitantes. La postura de la Comisión refuerza la legitimidad de los esfuerzos de la flotilla, aunque no se pronuncie directamente sobre la legalidad de la interceptación por parte de Israel, un actor geopolítico con quien no se queman los puentes por completo.
Protección consular y el rol de los Estados Miembro
En cuanto a la protección de la tripulación a bordo de los barcos interceptados por Israel, la portavoz comunitaria ha aclarado que esta es una tarea que recae directamente en las autoridades nacionales de los países de origen de los tripulantes, a través de sus respectivos servicios consulares. Hrncirova ha incidido en que la Comisión Europea no ha recibido ninguna solicitud formal en este sentido, ni está en contacto directo con los miembros de la flotilla. Esta distinción es fundamental, ya que la Comisión, como órgano supranacional, coordina políticas y emite declaraciones, pero la asistencia directa a ciudadanos en el extranjero es competencia de los consulados y embajadas de sus países de origen. Por tanto, cualquier gestión para garantizar la seguridad y el bienestar de los activistas y tripulantes debe ser iniciada por sus respectivos gobiernos nacionales.
La Global Sumud Flotilla es una iniciativa de la sociedad civil internacional que busca romper el bloqueo marítimo impuesto a la Franja de Gaza y entregar ayuda humanitaria directamente a la población palestina. El término «Sumud» significa «firmeza» o «resistencia» en árabe, reflejando el espíritu de sus participantes. Estas flotillas, compuestas por activistas, periodistas y voluntarios de diversas nacionalidades, han intentado en varias ocasiones llegar a Gaza por mar, a menudo enfrentándose a la interceptación por parte de las fuerzas israelíes. Su objetivo principal no es solo la entrega de bienes, sino también llamar la atención mundial sobre la situación humanitaria en Gaza y la necesidad de levantar el bloqueo. La acción de estas flotillas se enmarca en un contexto de activismo pacífico y desobediencia civil, buscando generar presión política y mediática.
Finalmente la Unión Europea ha mantenido una postura constante respecto al bloqueo de la Franja de Gaza, abogando por su levantamiento y por la facilitación del acceso humanitario. Si bien reconoce las preocupaciones de seguridad de Israel, la UE ha expresado repetidamente su preocupación por el impacto devastador del bloqueo en la población civil de Gaza. La política de la UE se centra en la necesidad de una solución de dos Estados y en el respeto del Derecho Internacional Humanitario. A través de sus declaraciones y acciones, como las expresadas por las portavoces Pinho y Hrncirova, la Comisión Europea busca equilibrar el diálogo con todas las partes implicadas, mientras insiste en la urgencia de aliviar el sufrimiento de los gazatíes y garantizar la entrada de ayuda esencial sin impedimentos. Cabe mencionar que la UE es uno de los principales donantes de ayuda humanitaria a los palestinos, y su compromiso con la causa humanitaria es inquebrantable.