El pleno del Parlament ha tumbado este martes la ley de Vox para hacer vehicular el castellano en la enseñanza, como estaba previsto. El debate ha ahondado en la ruptura entre el partido y el PP de Marga Prohens, sobre todo después de que el PP registrara un día antes su versión legislativa para la vehicularidad del castellano, un gesto que no ha gustado nada en Vox tanto por las formas como por el fondo.
Sus cinco diputados se han quedado solos en la defensa de la toma en consideración de la propuesta. Incluso los exdiputados de Vox Agustín Buades e Idoia Ribas han votado en contra, tildándolo de «chapuza jurídica», «inacabada y ambigua». El texto de Vox choca con la autonomía de centros, el decreto de mínimos y la ley de normalización lingüística; principios «intocables» para el PP pero que Vox entiende imprescindible reformar para materializar la vehicularidad del castellano en la práctica. Por eso el diputado de Vox Sergio Rodríguez ha considerado el texto del PP «un gesto de cara a la galería» y una «estafa». «¿Cuál es la fórmula para que yo mañana pueda pedir al conseller de Educación que mi hijo estudie el 50 % en castellano en un colegio público?», ha preguntado Rodríguez a la bancada popular.
El PP se ha reafirmado en su postura. «No podemos avalar una redacción que colisiona frontalmente con pilares fundamentales de nuestro sistema educativo y líneas rojas que como partidos no cruzaremos nunca», ha dicho la portavoz adjunta, Marga Durán. La diputada ha ratificado su negativa a tocar la autonomía de centro: «Creemos en nuestros equipos docentes y su capacidad para decidir su proyecto educativo y cómo aplicarlo. No son caprichos, son principios consolidados a lo largo de años».
La diputada ha sostenido que el PP «ha cumplido con rigor» sus acuerdos con Vox, «siempre». «Hemos puesto el mismo texto que firmamos», ha alegado Durán en alusión a la negociación de los presupuestos de 2025 aprobados el pasado julio. La diputada no entendía el enfado de Vox por el registro de la propuesta ‘popular’: sabían que el PP votaría este martes en contra, pero los ‘populares’ querían demostrar su voluntad de cumplir, ha razonado.
En la izquierda han expresado su desconfianza hacia este «espectáculo de Pimpinela», en palabras de Amanda Fernández (PSIB). Recelan del voto del PP después de la experiencia con la ley de Memoria: «Tenéis que demostrar que no venderéis la lengua en una negociación futura. Vuestro ‘no’ de hoy no sirve de nada si mañana os volvéis a arrodillar», ha avisado Maria Ramon (Més) a los parlamentarios ‘populares’. Los diputados progresistas han combatido las tesis de Vox pero también las del PP: «No existe un bilingüismo cordial porque las dos lenguas no están en igualdad de condiciones. Los niños no aprenden catalán si no lo aprenden bien en la escuela», ha dicho Fernández. «Los padres no tienen derecho a escoger la ignorancia de sus hijos», ha sentenciado, por su parte, Ramon.