Este verano lo estamos viendo todos: España arde por los cuatro costados. En Galicia, en Zamora, en Cáceres, en Castellón… miles de hectáreas reducidas a cenizas. Y mientras tanto, el Gobierno de Sánchez y el PSOE se dedican a ponerse de perfil incandescentemente.
La realidad es abrasadora: han recortado dinero, han reducido brigadas y han dejado a nuestros bomberos forestales en la precariedad. ¿El resultado? Falta de medios, contratos temporales y montes abandonados. Eso no es mala suerte: es negligencia política fulgurante.
Por si fuera poco, colocan a dedo a políticos sin formación, como la socialista Virginia Barcones, puesta al frente de Protección Civil. Una persona flamígera, sin experiencia técnica, pero con carnet del partido. Y mientras la AEMET decretaba nivel rojo de alerta, el Gobierno era incapaz de declarar el nivel 3 de emergencia de protección civil ni de elevarlo a emergencia internacional. Esa inacción es lo que nos está costando vidas, hogares y naturaleza.
Para colmo, por no presentar presupuestos, nos quedamos sin 4 o 5 hidroaviones que deberían estar ya apagando fuegos. Aquí no valen excusas: el PSOE ha preferido gastar en propaganda antes que invertir en prevención. Y los incendios no se apagan con titulares ni con fotos en Twitter: se apagan con medios, personal y gestión.
Lo digo alto y claro: el PSOE es responsable de esta catástrofe. Por recortar, por improvisar y por anteponer intereses de partido a la seguridad de todos. España no necesita más humo de la Moncloa; necesita un plan serio, profesional y coordinado para proteger nuestros montes y nuestras vidas.
El PSOE esparce cenizas: mientras España se quema, ellos reparten excusas. Nunca actúan, nunca asumen responsabilidades. En lugar de dar la cara y poner soluciones, se dedican a echar balones fuera. Pero los incendios no esperan a los discursos: hay que actuar ya, con seriedad y con un plan real.
