Espiritualidad

Nuevamente me he escapado de la Isla para hacer una serie de gestiones y también disfrutar de mi familia… pero quizás lo más interesante que he hecho ha sido ver una película, «Limbo», de la mano de mi Asociación People Help. (peoplehelp.eu).

La película relata la vida (si puede llamarse así) de un grupo dispar de emigrantes esperando asilo.

Una película que golpea el alma, cruda y tierna a la vez con algún guiño al humor.

Toda la película transcurre en una remota e inhóspita isla de Escocia donde    esos emigrantes esperan una carta que les permita salir de ese ‘no lugar’ y volver a ser ciudadanos en su nueva patria, adonde han huido del horror de la suya.

Son Ganeses, Sirios, Afganos… pero todos comparten el mismo sentimiento de desarraigo y dolor, unidos en la espera de esa carta que tarda en llegar o no llega.

Al acabar la película te levantas del asiento con un peso tremendo en el corazón y también te preguntas qué está pasando en nuestro mundo si tratamos así a las personas… ¿Donde ha quedado nuestra solidaridad, nuestra generosidad para aquellos que padecen tantísimo…?

Y aquí viene lo de siempre, nos preguntamos qué podemos hacer… nosotros ciudadanos de a pie, personas corrientes que bastante tienen con lo que está cayendo… buscamos, y seguro que encontramos, mil excusas para girar la cara y seguir nuestro camino.

Y yo, las que me conocéis ya sabéis, siempre estoy «apretando», sigo pensando en que solo el amor en su máxima significación puede hacer que no giremos la cabeza.

Porque esas personas que huyen por necesidad y llegan a nuestro país y a otro, pasan momentos (más que momentos… larguísimo tiempo) esperando… y en esa espera el tiempo se para y se sienten completamente abatidos, solos, sin esperanza…

¿Podríamos hacer algo?… pues ¡claro que sí! Una de las maneras es ayudar, colaborar, aportar a quienes ayudan… participar, compartir con quienes están ya en contacto con esos grupos… abrir las puertas en fechas señaladas para compartir… aportar con nuestros dineros a que aquellos que ya están haciéndolo cuenten con más ayuda…

Mil maneras de ayudar…

Exigir justicia y reivindicar ante cualquier organismo que tenga poder, la defensa de los derechos humanos.

Amar, amar a quien tenemos tan cerca y sabemos que sufre… ayudar al que tenemos tan cerca y de quien conocemos su precariedad…

Porque amar es respetar, empatizar con ell@s, tenderles la mano…

A veces simplemente es escuchar, darles calor, reconocerles su valor como seres humanos… escuchar y si es posible paliar sus necesidades.

Ya sabéis que no hablo por hablar, que mi convicción está en esto que os cuento… que estoy segura que la mayoría de personas son buenas y muchas de las salidas para quienes no lo tienen fácil está cerca… solo hay que pensar en ello y seguro que tod@s podemos colaborar a que este mundo sea algo mejor…

Quizás os parezca un artículo casi religioso (católico, budista, islámico, hinduista…) pero es más bien espiritual… y seguro que tod@s tenéis espiritualidad…! ¡Buscadla!

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