Redactar el pliego de condiciones y licitar el contrato para la concesión de la Inspección Técnica de Vehículos en Menorca debe ser una tarea tanto más complicada que la reconstrucción del Camp Nou del FC Barcelona, cuya reapertura parcial lleva meses anunciándose sin que se haya hecho realidad.
Desde mediados de la legislatura anterior hasta ahora, los sucesivos responsables del área de Movilidad del Consell se han referido al inicio de la tramitación para poder sacar a concurso un servicio que ha funcionado peor que un reloj roto, y dar así con una alternativa que cumpla el compromiso adquirido en la firma.
Han pasado los años y pese a esa repetida declaración de intenciones las bases para licitar la nueva concesión siguen sin estar listas, lo que va a obligar, por tercer año consecutivo, a prorrogar la concesión a la empresa TUV Rheinland Certio.
El gobierno actual del Consell, que preside Adolfo Vilafranca, desbloqueó la huelga de trabajadores de la empresa poco después de tomar posesión en la plaza de la Biosfera y el funcionamiento mejoró a ratos.
Ahora, transcurridos dos años desde entonces, resulta que los ejecutivos de Certio, que habían admitido las deficiencias del servicio por falta de personal, con un perjuicio lacerante para los residentes, reclaman por vía judicial la devolución de los 9.000 euros que le impuso el anterior ejecutivo insular por el reiterado incumplimiento del contrato. Aquella fue una sanción menor porque el gobierno de Susana Mora no se atrevió a más si se equipara con los agravios causados a los usuarios de la Isla que sufrieron retrasos de meses y meses para pasar la revisión. De hecho el servicio continúa inestable a día de hoy.
Aquel entendimiento primigenio parece haber pasado a mejor vida y debe servir para que el Consell, si algún día llega a licitar el nuevo concurso, ande más fino en la concesión del servicio de ITVsi no opta por liberalizarlo. Lo barato acaba saliendo muy caro.
