La Guardia Civil no perdona: si te paran y te niegas a hacer este gesto te puedes quedar sin carnet de conducir

La seguridad vial es un aspecto fundamental para cualquier sociedad, y en España no es la excepción. Conducir bajo los efectos de alcohol o drogas implica un peligro significativo, no solo para el conductor, sino también para todos los demás usuarios de la vía, incluidos peatones y ciclistas. Sin embargo, a pesar de los riesgos evidentes, algunos conductores optan por eludir la responsabilidad de realizar un control de alcoholemia cuando se les solicita, lo que puede acarrear serias consecuencias penales.

Según el Código Penal español, específicamente el artículo 383, la negativa a someterse a un control de alcoholemia es considerada un delito. Esta infracción puede resultar en penas de prisión que varían de seis meses a un año, así como en la pérdida del carnet de conducir por un período de hasta cuatro años. No solo los conductores de automóviles y motocicletas están sujetos a estas leyes, sino que también cualquier persona involucrada en un accidente, incluso si es peatón o ciclista, debe someterse a las pruebas necesarias. Negarse a hacerlo es equiparable a conducir bajo influencia y conlleva las mismas penalidades.

Proceso y consecuencias en controles de drogas y alcohol

Cuando un agente de la autoridad efectúa un control, y el resultado inicial indica la presencia de alcohol, el conductor tiene derecho a una segunda prueba tras diez minutos. Si nuevamente resulta positiva, el vehículo será inmovilizado y se le impondrá una multa correspondiente al nivel registrado. Para drogas, la prueba se realiza con una muestra de saliva. Tras un resultado positivo en el test inicial, se procede a enviar una segunda muestra a un laboratorio especializado para su confirmación, durante la cual el conductor no podrá continuar su camino.

Existe la opción de que el implicado solicite un análisis de sangre en un centro de salud para respaldar o cuestionar los resultados obtenidos con anterioridad. Si este análisis también es positivo, se integrará en el informe del agente, ayudando a tramitar de forma adecuada el expediente.

Consecuencias económicas y adaptaciones

Las multas por dar positivo en estas pruebas se inician desde los 0,25 mg/litro en aire espirado o 0,5 gramos/litro en sangre, con cifras más bajas para conductores profesionales y noveles con menos de dos años de experiencia, comenzando en 500 € y la pérdida de 4 puntos en el carnet de conducir. Si el resultado es más alto, entre 0,50 y 0,60 mg/litro de aire espirado, la multa asciende a 1.000 € y a la retirada de 6 puntos. Superar estos límites puede derivar en consecuencias penales, que incluyen prisión de 3 a 6 meses, multas de 6 a 12 meses, servicio a la comunidad, y perder el derecho a conducir hasta por 4 años.

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