La reflexión de Josep Marquès sobre los límites de lo humano

Mirar la realidad desde otro ángulo en un mundo en el que la tecnología avanza a velocidad de crucero. En esas anda metido Josep Marquès (Ciutadella, 2000), artista emergente que llama a la puerta con «Generación A-cero», su primera exposición individual», que ayer inauguró en la sala Xec Coll. Espacio que habita en la sede de la Escola Municipal d’Art, donde este joven pule desde hace años un estilo que ha cultivado también como autodidacta.

Desde bien pequeño Marquès ya mostró sus habilidades con el dibujo, durante un tiempo se dedicó a la fotografía y ahora está volcado en los lienzos. «Siempre supe que quería dedicarme a esto. No solo por el placer de crear, sino por lo que el arte te permite comunicar», apunta en su carta de presentación.

‘Cerebrito alado, 15-0’, con un balance de 15 victorias y cero derrotas.

Ha participado en un par de colectivas y el verano pasado disfruto de un espacio en la Gran Migjornale. Muestra esta última en la que ya se pudo ver algún avance de «Generación A-cero», un proyecto en el que ha venido trabajando durante el último año y que ahora luce como una colección de diez cuadros.

Se trata de una serie de retratos ambientados en un futuro tan inquietante como cercano, «en el que la tecnología ya no se lleva encima, sino por dentro», relata. Montaje con el que pretende «explorar los límites de lo humano en una era de implantes, mejoras artificiales e identidades modificadas». En la muestra lo representa a través de una galería en la que conviven perfiles muy diferentes, niños y mayores, trabajadores, artesanos y hasta un perro: «Cada uno tiene su historia».

Un discurso artístico con el que se plantea «cuestionar» esa tecnología «que cada día tenemos tan a flor de piel, y lo dependientes que somos de ella, como ha quedado recientemente comprobado», relata. Los protagonistas de la exposición, continúa, no son héroes de ciencia-ficción, como en un principio podría parecer, «sino retratos de gente futurista que nos podríamos llegar a encontrar en la calle el día de mañana». Unos cíborgs de estética muy humana: «La idea es contrastar su humanidad, sus ojos, su cara, sus expresiones, con lo frío de la tecnología».

‘Melanio, artesano moderno’, un creador con visión de futuro.

Marquès no busca hacer una crítica ni buscar una repuesta directa a lo que está planteando, sino que prefiere lanzar preguntas y que sea el espectador quien se cuestione el mundo de la tecnología con sus pros y sus contras, analizando tanto el lugar en el que estamos como hacia dónde nos dirigimos. «No busco transformar la realidad, sino cuestionarla y entenderla», sostiene el pintor, quien considera que con esta exposición lo que hace es abrir una ventana «hacia un futuro que está por llegar pero que ya sentimos cerca».

Nacido dentro de la Generación Z, Marquès es, como sus coetáneos, lo que se conoce como un nativo digital, un mundo en el que su perfil artístico se renombra como Nodoxx. Consciente de que las redes sociales son el mejor espacio para darse a conocer, se acerca al público a través de ellas para compartir su proceso creativo. En lo que se refiere a la inteligencia artificial, considera que en lo artístico puede ser «una herramienta interesante, no creo que nos vaya a quitar el trabajo a determinar». Curiosamente, en su canal de YouTube, Nodoxx Studio, Marqués se enfrentó no hace mucho a un examen de pintura planteado por una IA con un resultado sorprendente.

Vivir en el mundo digital ayuda, pero nada puede igualar a exponer en un espacio físico reconoce el joven, muy contento de que su propuesta se pueda alojar temporalmente en uno de los espacios expositivos municipales de referencia. «Siempre se dice que dejamos algo impregnado, algún sentimiento en nuestras obras, y eso es lo que se transmite cuando las puedes ver en directo», confiesa.

Reconoce que crea para expresar emociones, ideas, visiones y reflexiones que en la mayoría de los casos nacen de inquietudes sobre la sociedad actual y que plasma a través de la figura humana. Todo mediante «un estilo figurativo, con tonos expresivos y algunos fondos abstractos», una propuesta en el que mayor peso recae «en las miradas y lo que quieren transmitir».

«Generación A-cero». En la Sala Xec Coll de Ciutadella hasta el 28 de mayo.

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