El extraordinario comportamiento alcista se ve respaldado principalmente por dos factores clave: la persistente debilidad que experimenta el dólar estadounidense desde finales del mes pasado y el creciente consenso sobre una inminente reducción de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) norteamericana en su próxima reunión de septiembre. La coincidencia de ambos elementos ha creado el caldo de cultivo perfecto para que los inversores internacionales refuercen sus posiciones en este metal precioso.
Desde España, los expertos financieros señalan que esta tendencia alcista también está influyendo en el mercado nacional de inversión, donde se ha registrado un incremento del 18,3 % en las operaciones relacionadas con oro físico y derivados durante el último trimestre. El interés de los inversores españoles por los activos refugio ha aumentado considerablemente ante las incertidumbres que plantea el panorama económico global para los próximos meses.
Factores macroeconómicos que impulsan el precio del oro
El debilitamiento del dólar norteamericano, evidenciado por la caída del Índice Dólar (DXY) hasta mínimos mensuales, ha actuado como catalizador principal para esta escalada en el precio del oro. Esta correlación inversa, ampliamente documentada en los mercados financieros, se ha intensificado notablemente durante las últimas semanas de este verano, especialmente tras los recientes datos económicos publicados por el Departamento de Trabajo estadounidense.
En paralelo, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense muestran comportamientos dispares según su vencimiento. Mientras los tramos largos mantienen cierta estabilidad, los de corto plazo experimentan presiones significativas, señalando la posibilidad de un ajuste inminente en la política monetaria norteamericana durante el próximo mes. Esta configuración de la curva de rendimientos ha sido históricamente favorable para activos como el oro, que no genera intereses pero se beneficia de escenarios de tipos a la baja.
Los datos de inflación subyacente publicados esta semana, que mostraron un repunte hasta el 2,9 %, no han logrado disipar la preocupación creciente por un mercado laboral que muestra evidentes signos de enfriamiento. Los últimos informes de empleo reflejan una notable pérdida de dinamismo en la creación de puestos de trabajo y una desaceleración en el crecimiento de los salarios, factores que aumentan la presión sobre la Reserva Federal para implementar estímulos monetarios adicionales.
Incertidumbre política como impulso adicional
El panorama político estadounidense también está jugando un papel determinante en esta ecuación. El reciente fallo judicial contra los aranceles propuestos por el expresidente Donald Trump y la controversia generada por su intento de destituir a una gobernadora de la Reserva Federal han incrementado notablemente la percepción de incertidumbre institucional en los mercados. Esta situación ha provocado que muchos inversores internacionales busquen refugio en activos tradicionalmente seguros como el oro.
Los analistas financieros consultados por medios españoles estiman que la probabilidad de que la Fed recorte su tasa de interés en la reunión de septiembre supera actualmente el 90 %. Este escenario se ha consolidado a pesar de la resistencia manifestada por algunos miembros del banco central norteamericano ante la posibilidad de modificar prematuramente su política monetaria. Los próximos datos sobre empleo y actividad manufacturera, que se publicarán en las próximas semanas, resultarán fundamentales para confirmar definitivamente el rumbo que tomará la institución.
Desde la Asociación Española de Inversores en Metales Preciosos se indica que el volumen de nuevas cuentas de inversión centradas en oro ha aumentado un 27,4 % durante el primer semestre de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior. «El pequeño inversor español está diversificando su cartera con una mayor exposición a metales preciosos como protección ante la incertidumbre global», explica su presidente, Carlos Martínez, quien anticipa que esta tendencia podría intensificarse durante los próximos meses.
En el ámbito internacional, el oro encuentra respaldo adicional en las crecientes tensiones comerciales y la desaceleración evidente del comercio global. El progresivo debilitamiento de las cadenas de suministro y las medidas proteccionistas implementadas por diversas economías avanzadas han motivado a los grandes fondos de inversión y bancos centrales a diversificar sus reservas estratégicas, mostrando un renovado interés por el oro como activo de refugio a largo plazo.
La situación geopolítica añade otro elemento de presión al alza. Las tensiones persistentes en diversas regiones de Asia y las dudas crecientes sobre la independencia efectiva de la Reserva Federal han generado un clima de incertidumbre generalizada que favorece extraordinariamente a los activos considerados como refugio seguro. A resultas de esto, la combinación de riesgos financieros, políticos y económicos ha creado un escenario particularmente propicio para que el oro se consolide como una de las inversiones más sólidas y rentables de 2025.