A pesar de este impulso a corto plazo, los analistas advierten que el techo de precios está condicionado por la paulatina reintroducción de barriles por parte de la OPEP+ y una base macroeconómica global que, a medio plazo, sugiere una acumulación de reservas, lo que podría moderar futuras subidas. La firmeza observada en la cotización del WTI este pasado miércoles de mediados de octubre se cimentó en la asimilación de estos datos. El informe semanal de la EIA fue particularmente revelador, mostrando una disminución de aproximadamente 1 millón de barriles en las reservas de crudo. A esto se sumaron descensos en las existencias de gasolina, con una reducción de 2,1 millones de barriles, y en los destilados, que cayeron en 1,5 millones de barriles. Paralelamente, la actividad de las refinerías estadounidenses experimentó un incremento, alcanzando el 88,6 % de su capacidad operativa, mientras que las importaciones de crudo aumentaron hasta aproximadamente 5,9 millones de barriles diarios.
Más allá de los factores fundamentales de oferta y demanda, el lado geopolítico recuperó protagonismo, inyectando una prima de riesgo adicional en los precios. Los operadores del mercado volvieron a centrar su atención en las tensiones internacionales tras conocerse el aplazamiento de la cumbre prevista entre Estados Unidos y Rusia con el trasfondo de las negociaciones de paz en Ucrania. Esta noticia, sumada a la continua presión ejercida sobre los compradores asiáticos de barriles de crudo ruso, reavivó las preocupaciones sobre posibles interrupciones en el suministro global. Al mismo tiempo, un moderado optimismo surgió en torno a los nuevos contactos comerciales entre Estados Unidos y China, lo que impulsó ligeramente al alza las expectativas de demanda futura. Adicionalmente, los rumores sobre una pequeña reposición de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR) de EE. UU., estimada en alrededor de 1 millón de barriles, aunque marginal, añadió un componente de demanda adicional que contribuyó a tensar la cinta intradía.
A pesar de los movimientos alcistas recientes, la configuración del mercado a medio plazo se percibe como más equilibrada que ajustada. La alianza OPEP+, que agrupa a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, inició en este octubre de 2025 una cautelosa reducción de sus recortes voluntarios de producción, reintroduciendo aproximadamente 137.000 barriles diarios al mercado. Las principales casas de análisis y agencias energéticas anticipan que esta reducción gradual continuará durante 2026. Esta estrategia representa un obstáculo adicional para una subida descontrolada de los precios, especialmente si el suministro de crudo no perteneciente a la OPEP se mantiene resistente y estable.
El West Texas Intermediate, comúnmente conocido como WTI, es un tipo de petróleo crudo dulce y ligero que se extrae principalmente en Estados Unidos. Es uno de los principales puntos de referencia mundiales para la fijación de precios del petróleo, junto con el Brent del Mar del Norte. Su calidad superior, con un bajo contenido de azufre (lo que lo hace «dulce») y una baja densidad (lo que lo hace «ligero»), lo convierte en un crudo ideal para la producción de gasolina y diésel de alta calidad. El WTI se negocia en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX) y su precio se utiliza como indicador de la salud económica global y de la dinámica de la oferta y la demanda de energía. La importancia del WTI radica en su papel como barómetro del mercado estadounidense, el mayor consumidor de petróleo del mundo, y su influencia en los contratos de futuros que se utilizan para cubrir riesgos y especular sobre los precios futuros del crudo.
A su vez la Administración de Información Energética (EIA) de Estados Unidos publica semanalmente informes detallados sobre las existencias de petróleo crudo, gasolina y destilados, así como sobre la actividad de las refinerías y las importaciones. Estos datos sirven de brújula para los operadores del mercado porque ofrecen una instantánea de la oferta y la demanda en la economía más grande del mundo. Una reducción inesperada en las reservas de crudo, como la observada a fecha del 17 de octubre, sugiere que la demanda está superando a la oferta o que la producción ha disminuido, lo que tiende a impulsar los precios al alza. Por el contrario, un aumento en las existencias puede indicar una demanda débil o un exceso de oferta, ejerciendo presión a la baja sobre los precios. La actividad de las refinerías es otro indicador vital, ya que un aumento en su utilización implica una mayor demanda de crudo para su procesamiento en productos finales. Todo ello permite a inversores y analistas tomar decisiones informadas y anticipar movimientos futuros en los precios del petróleo.