Mañana folklórica

Con la venia de quien decide comienzo una serie de 8 artículos de contenido estival bajo el título de «Un estiu rigorós». Las Notas finales se mantendrán a petición de los lectores. «Crítica es libertad» volverá a últimos de agosto. Feliz verano a todos.

Venga, veamos: El pasado sábado me levanté ‘folklórico’. Llevaba la resaca de haber escuchado hace unos días al amigo guitarrista Marcos (un exbisutero, lo que ya es todo un grado) cantando ‘Salsa mahonesa’ en la cena organizada por Iniciativa por Mahón, en el Hotel Agamenón. Su actuación fue breve porque el hotel tiene un estricto horario en favor del descanso de sus clientes, pero intensa. Marcos (a quien volveremos a solicitar su presencia en próxima ocasión) tuvo tiempo de ‘tocarnos’ varias canciones. Entre ellas un tango picante de Tomeu Penya y una sentida versión de «Sa balada d’En Lucas» de Ortega Monasterio con todos los comensales cantando a pleno pulmón aquello de «jo tenia una caseta vora el mar, jo tenia un jardí florit i un cel de pau...».

Pero la explosión vino al cantar «Es Mahón», ese himno mahonés que el rancio nacionalismo no ha conseguido todavía adulterar. ¡Qué bonita es esa canción que no debería ser puesta al día nunca aunque hoy los servicios que describe no son los que eran y porque no vale la pena poner trabas al romanticismo establecido!

Durante la cena en cuestión tuve el honor de compartir mesa con el mencionado Toni Marcos y su señora, una persona muy agradable. Y hablando sobre músicos mahoneses, le recordé a Ruperto  (que había formado parte de Los Novax,  uno de los grupos pioneros de la música moderna en Mahón junto a ‘Ita y sus muchachos’, a Manolo el ‘de La Radio’, etc.).

Y le recordé que durante mucho tiempo Ruperto tocó (con su órgano) en el restaurante Rocamar, arriba, donde Toni Borràs reinaba en la sala mientras su hermano cocinaba el mejor pescado fresco de la Isla. Era cuando Ruperto tocaba su canción: «A berenar, a berenar… a sa Mesquida amb bicicleta a berenar». Aquel era un estribillo breve, coqueto, descriptivo y relajado que se repetía una y otra vez sin solución de continuidad. Naturalmente solo los comensales menorquines de aquel espléndido y recordado nido de gastronomía entendían lo que cantaba. El resto se pensaría que cantaba en ese extraño idioma que usan algunos músicos cuando no saben inglés pero aparentan saberlo inventándose sonidos de palabras similares para parecer que sí las saben. Recuerdo que esos ejercicios de inventiva se daban mucho en los años sesenta y setenta cuando se farfullaban letras incomprensibles de los grupos de moda británicos que tendían a parecerse a los sonidos originales. Recuerdo una anécdota de una noche en Sa Punta, entonces un simple bar en Es Castell (aunque con pista de baile), cuando el pueblo aun no había perdido su nombre ‘carlista’ y se llamaba Villa-Carlos. Un turista inglés de los clásicos pioneros que comenzaron a llegar a mediados de los años sesenta, vestía unos pantalones cortos tipo bermudas a rayas rojas, o algo así, y calzaba zapatos de cordones con, claro, sus correspondientes calcetines. Ahogado por el Xoriguer ¿o sería el Beltrán, o el Lord Nelson, o el Son Petit? decidió felicitar a los músicos con un sonoro «very good» entusiasta. Los músicos le contestaron en buen menorquín con un «vol dir paput i tot lo demés com noltros», con lo que el jam se quedó tan contento. Y se pidió otra ginebra, con lo que se asemejó aún más a ‘en Vermei’, el gobernador aquel, el de sa volta des Milord, siempre rojo como un tomate. Luego se durmió y los músicos, entre los que estaba yo, ya no le pudimos dar más las gracias.       

Bueno, decía que esta mañana me levanté ‘folklórico’. Y sí, me puse a recordar Es Cau, esa universidad menorquina. Y volví a emocionarme con las canciones de Ortega Monasterio, esas que conforman parte del alma menorquina: «Margarita y el mar», «Plora guiterra», «Si fossim gavines», «Tornada parrandera», «Escolta es vent», «A romandre», «Cantan los Parranderos», y tantas más, que compuso en solitario o en compañía de Tòfol Mus. Por mi parte hacía más de medio año que no tocaba la guitarra ¡y cómo se nota! Es dits estan enferritxats pero a pesar de que una débil artritis parece pretender asomarse ‘pericolosamente’, no la temo, sino que la combatiré adecuadamente. Bueno, la próxima semana más, si Deu vol.

Notas:

1- Si cayera Israel, única democracia en Oriente Medio, caería toda Europa.

2- Todos los 32 países aliados de la OTAN, todos, firmaron en La Haya dedicar un 5% de su presupuesto para la Defensa de nuestra civilización y nuestros ciudadanos. Meloni lo recordó muy acertadamente. Cualquier otra interpretación es vender pienso publicitario a indocumentados y facilitar una coartada a socios hipócritas.

3- ¿Era la España de 2017 un país fascista por no permitir su desmembramiento?

4- La amnistía encrespa, no pacifica. Redactada y aprobada por sus beneficiados es una indecencia. Acabará mal.

5- ¿Cuándo expulsará el PSOE al sanchismo?

6- Se comenta: ¿Podría ser Sánchez un nuevo Craxi, el líder socialista italiano que se fugó asediado por la corrupción? ¿Rep. Dominicana en lugar de Túnez?

7- ¿Cuándo caerá Armengol? Dijo demasiadas mentiras. (Magnífico escrito de  Matías Vallés en D. Mallorca, 29/6)   

8- ¿Por qué el PP no quiere ganar las elecciones en España? El dúo Ayuso-Cayetana sería imbatible.

9- Si se parase la inversión extranjera en la Isla, Menorca bajaría su calidad de oferta y su caché.

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