La piscina, una necesidad ya casi ancestral que permitirá descongestionar el exceso de demanda que desde hace algunos lustros tenía prácticamente colapsado el uso y servicio de su ‘hermana mayor’ –operativa desde los años 80 del siglo previo, con más de medio millar de usuarios registrados y sobrecargada desde mediados de los 90–, ha tenido un coste de alrededor de 2,5 millones de euros (concretamente, 2.496.079,28), que ha asumido íntegro el Ayuntamiento de Maó.

Con unas medidas de 20×12,5 metros –longitud inferior a su aledaña– y de metro y medio de profundidad en su punto máximo, la nueva piscina municipal de Maó ha sido proyectada por el arquitecto Nadal A. Caldentey. La ejecución de la obra la ha asumido la firma local Antonio Gomila SL –también Bassa Florit ha tomado parte en los trabajos.
Sostenible
La construcción destaca por su condición de sostenible, según ponen en valor desde la Administración. Entre otras características, aprovechará las aguas pluviales para tareas de limpieza por medio de una cubierta expresamente inclinada para ello; está provista de placas fotovoltaicas para generar energía propia y de grifería automática –que también contribuye al ahorro hídrico.
Significar, además, que se ha auspiciado un sistema de interconexión entre ambas piscinas, que permitirá aprovechar el agua de una si la otra debe ser vaciada. O cruzar de una instalación a otra sin necesidad de salir a la intemperie.
A su vez, desde el Ayuntamiento dejan claro que la finalidad y espíritu de la construcción se orienta a un uso más social que competitivo. Dentro de ese perfil, de enseñanza y de orden terapéutico, los niños y personas de una franja de cierta edad serán sus principales ‘consumidosres’. Las actividades infantiles, por un lado, y por otro de rehabilitación, gerontogimnasia y actividades para personas con diversidad funcional, conformarán por tanto su ‘menú principal’.

La apertura de la piscina al público tendrá lugar de forma gradual en el decurso de los siguientes meses. En ese marco, las escuelas de verano del área de Deportes del Ayuntamiento, desde ya, se convertirán en sus primeros usuarios.
Referente al acto de inauguración, que convocó a la clase gobernante, a usuarios potenciales de la instalación –un ramillete de niños protagonizó el primer chapuzón– y a un buen puñado de rostros del ámbito deportivo de la ciudad –como el regatista olímpico Fernando Rita, Arturo Sintes o el exconcejal Joan Junyent, entre otros–, durante el mismo, el alcalde Héctor Pons, «habló de día histórico y gratificante», y puso en valor que esta piscina, que viene a colmar «una espera de 25 años o más» y culmina las gestiones de este y del anterior equipo de gobierno al respecto, también responde a la demanda de poblaciones cercanas, carentes de una instalación así, si bien su mantenimiento será responsabilidad del Consistorio mahonés.
El concejal de Deportes y Juventud, Lázaro Alcaide, por su parte, aludió al compromiso del actual gobierno municipal para con el deporte como instrumento formativo y que esta nueva instalación «ayudará a cubrir necesidades muy importantes» para la ciudad de Maó y alrededores.