No lo sé

Decir no lo sé es una de las frases más sencillas que existen, pero también la más difícil, y una gran mayoría de gente parece incapaz de hacerlo. Les resulta inasumible, como si estuviesen confesando un vicio nefando, y si se trata de personas importantes, políticos, analistas, escritores o expertos, es rarísimo que consigan pronunciarla. Y eso que casi todos los debates versan sobre cosas que no sabemos. El espacio de lo que no se sabe es extensísimo y muy atractivo, y naturalmente, allí es donde brotan a millares toda clase de certezas, opiniones, especulaciones, trolas, fantasías y dogmas de obligado cumplimiento. Verdades eternas muy útiles cuando no se sabe nada, pero nos horroriza decirlo.

Noticias relacionadas

Es un vasto territorio incógnito y muy brumoso, pero saturado de preverdades, posverdades, falsedades y hechos alternativos, porque lo que no se sabe permite cualquier suposición o chorrada. Por supuesto, también en el reducido ámbito de lo que ya sabemos brotan ese tipo de gilipolleces, pero lo tienen más complicado, y como el campo de lo desconocido además de interdisciplinario es inabarcable, y numerosos líderes digitales intentan ampliarlo más todavía (para luego sorprender con sus revelaciones y soluciones), es normal que de ahí proceden casi todas las idioteces. Y las trifulcas. Hace falta una sabiduría sobrehumana para decir no lo sé y quedarse tan tranquilo. Algunos de esos sabios aseguran que casi todos los males del mundo proceden de lo difícil que es aceptar que no se sabe algo.

A mí se me da bien, pero no tiene ningún mérito porque lo desconocido no me tienta, ni siquiera en las pelis o novelas, no me atrae de manera irresistible obligándome a formular hipótesis lunáticas. Y porque para hablar de lo que no se sabe, como las pseudociencias en general y los políticos, es preciso inventarse un idioma nuevo, cargado de tecnicismos pomposos, y yo con los idiomas que hay ya tengo más que suficiente. Sobran para engañar lo que haga falta, y decir las tonterías que se quiera. ¿Y por qué tantos problemas con el sencillo no lo sé? No lo sé. Se lo pregunté a mi hijo, que sabe mucho más que yo. Porque de lo que se sabe no hay nada que decir, me dijo. Gran frase, maravillosa.

Enlace de origen : No lo sé