Petróleo barato; aranceles altos

El pasado 17de abril, el Banco Central Europeo (BCE) bajó los tipos de interés del euro hasta un mínimo del 2,25% mientras que la Reserva Federal FED mantenía los del dólar entre el 4,25 y el 4,50 desatendiendo las exigencias de Trump que amenazó con destituir a Jerome Powell , presidente de la Junta de gobernadores. Los mercados cayeron con la amenaza y se recuperaron cuando confirmó que no lo haría.

El crecimiento de PIB americano el pasado año fue del 2,8 %, pero no se espera que supere el 1,8 en el 2025, mientras que en los países de la Unión Europea no llegó al 1% el pasado año y se espera una situación similar en el presente. La inflación fue ligeramente superior en Estados Unidos que en la Unión.

Todas las previsiones para este año han tenido que ser revisadas a la baja tras los aranceles de Trump.
Los aranceles tendrán efectos negativos. Son impuestos que aumentarán la inflación en Estados Unidos, generan incertidumbre en todo el mundo por sus continuas modificaciones y harán que disminuya la actividad económica, lo que ha provocado una caída de los precios del petróleo. El carburante supone alrededor de un tercio de los costes operativos de las compañas aéreas, que se garantizan el suministro con seguros de cobertura para la compra anticipada a un determinado precio del combustible que debe ser entregado en fecha posterior. Ryanair asegura que ha cubierto de esta manera el 50% de sus necesidades durante los próximos dos años.

El precio de los aranceles y el del combustible tienen así efectos opuestos sobre la inflación y consecuentemente, sobre el turismo. Los aranceles provocaran una disminución de las importantes exportaciones alemanas y en menor medida, de otros países europeos a Estados Unidos, que afectará negativamente a unas economías ya debilitadas. El combustible barato tendrá un efecto contrario, pero no suficiente. A pesar de todo este año será magnífico para el turismo español.

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