Hace unos días el DiariMENORCA, nos informaba que uno de los siete destinos preferidos para la gente senior, antes de la temporada turística veraniega es nuestra Isla, o sea, Menorca.
Lo podemos comprobar estas últimas semanas, ya que las calles de nuestras poblaciones están repletas de gente mayor, normalmente en grupos con guías ¿locales? Cuando salgo desde mi hogar, la plaza de la Conquista y sus miradores, en la plaza de la Constitución, me paro a escuchar los comentarios del guía de turno, vatuadell cent llamps, en general bien, pero alguna parrafada de nuestra historia, que te entran ganas de intervenir, pero en mi interior pienso José, dixeu anar. Algún visitante se da cuenta de que soy indígena, nos saludamos entrando en conversación y varias veces el comentario general es, como ha cambiado esta ciudad, antes era más limpia, no veíamos trastos viejos abandonados por la gente, es una pena porque nos encanta Menorca, y es un problema que se repite en otras poblaciones, por surte no todas…, la globalización señores, quieras que no.
Vamos a puntos concretos, que me han pasado recientemente, sin denuncias de lectores, que muchas veces las fotos/denuncia que recibo las envío al [email protected], por supuesto con iniciales.
Saliendo de mi peluquería en la calle María Lluisa Serra, donde están, de momento los contenedores de basura y recogida de aceite, había una exposición de trastos que parecía un punto de venta ambulante, una vieja cuna de cochecito de bebe, una mesa rinconera de cristal/metálica, encima medio coche de juguete de niño, varios palés de madera y una silla de ordenador, señores incívicos, que no os habéis enterado que llamando a los servicios municipales de recogida de viejos enseres, os lo vienen a recoger gratis. Gamberros que no os dais cuenta que hasta los que nos visitan encuentran que nuestra ciudad ha cambiado a peor.
Sábado pasado matinal bajando al punto de encuentro de un grupo de voluntarios de la Isla del Rey, por la cuesta de Na Gilda, de Ses Voltes, vemos que siguen las barreras protectoras de plástico en la calzada, que protegen un agujero, tapado de un tablero de madera, que lleva varias semanas, suponemos está sin arreglar después de tanto tiempo. Menos mal que las procesiones no pasan por esta cuesta, si pasaran ya estaría solucionado es ditxós forat.
En el Paseo Marítimo, desde hace varios días hay una bicicleta, o lo que queda de ella, que está encadenada a una farola; me recuerda a las dos bicicletas de niño, siii o niña, joder, que llevan desde las navidades pasadas, están encadenadas a un artilugio municipal, que siguen igual y nadie a viene a recogerlas ¿los dueños, la Policia Local,…? Esperemos que las próximas Navidades hayan desaparecido.
Ahora vienen dos guindas al pastel, no una, cuando salía de la clínica Mir-Andreu, en frente donde hace años había un concesionario de coches, si mal no recuerdo, este portal se ha convertido en una deixallería ilegal, pero está vez alguien ha montado un despacho callejero, una mesa de propaganda de una conocida cerveza y por supuesto una silla, no había nadie sentado para preguntar a que se dedicaba, encima un cartelito de papel que decía, «regreso en un cuarto de hora»… «Mochilero -me dice un conocido-, pasa por la calle del obispo y verás unas pinturas merecedoras de ser expuestas en alguna de las muchas galerías de arte que han proliferado en nuestra ciudad». ¿Del señor Obispo? «no la calle Obispo Severo»; me acompaña hasta el rincón donde está instalado el centro de transformación A.T. de Endesa, accesible solo al personal autorizado. Una vergüenza de imagen, pintadas a diestro siniestro, las puertas metálicas todas oxidadas…recomiendo al personal autorizado usar guantes. Señores de Endesa con los beneficios que declaráis este rincón tendría que estar reluciente como el oro…por cierto cuando nos viene la factura eléctrica, parece que hemos comprado este precioso metal, en vez de electricidad.
Si vivim coses veurem.
José Barber Allés
Mochilero
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