¿Por qué decide recortar la jornada laboral, incrementar el salario a sus trabajadores o reducir el trabajo de las camareras de pisos mayores de 58 años hasta las 32 horas?
El incremento de la facturación ha sido espectacular desde 2022. La demanda se disparó tras la pandemia y hemos vivido unos años excepcionales en los que hemos conseguido subir los precios. En el 2022 nos comprometimos con la plantilla a ajustar los salarios en función del IPC y el incremento de la facturación. El incremento del 8% es a cuenta del convenio. Respecto a las camareras de pisos hay que considerar que es un trabajo complicado, que en Mar Senses intentamos aliviar rebajando la jornada y mejorando las condiciones de trabajo. Lógicamente, sin bajar el sueldo.
¿Y la reducción de la jornada?
Es una oportunidad para mejorar la productividad. Tenemos claro que la reducción de la jornada laboral es una tendencia en toda Europa. Es un intento también para evitar la fuga de talento. Las dificultades para conformar plantillas de calidad es manifiesta. Además, existe un alto índice de absentismo laboral. Nosotros, pactamos con los trabajadores intentar mejorar las condiciones laborales y facilitar la conciliación laboral. No hacemos nada por caridad. Existe una estrategia empresarial.
¿Esta decisión no está vinculada al convenio?
Son cuestiones diferentes. No es un acuerdo unilateral, sino que está firmado con los representantes de los trabajadores de los diferentes centros. Ningún trabajador es productivo durante ocho horas de forma continuada. La respuesta de la plantilla ha sido excelente.
¿Tenéis menos bajas?
Muchas menos. Tenemos un alto índice de satisfacción entre nuestros trabajadores. Y un riesgo de fuga del 3%. De hecho, hasta el día de hoy, no tenemos problemas de contratación.
¿El alquiler vacacional es el culpable de casi todos los males?
Nosotros estamos de acuerdo con el alquiler vacacional legal. Si es un negocio reglado, la competencia es buena. Tiene que cumplir con unas normas y no debe ser una molestia para los vecinos.
Parece que en estos días está de moda ser antiturístico.
Obviamente, no estoy de acuerdo con la turismofobia. Ahora bien, es evidente que hay que aumentar el diálogo entre la industria turística y la sociedad. Para que el modelo de negocio sea próspero tiene que ser bueno para todos. Es necesario que la industria turística tenga la capacidad de escuchar y hacer autocrítica. Debe ser mucho más consciente del impacto que estamos generando en la comunidad local. Debemos recapacitar sobre qué tipo de producto estamos vendiendo o qué tipo de cliente estamos atrayendo. El diálogo siempre es una vía de crecimiento y de mejora.
¿Es posible conjugar la felicidad del cliente con el bienestar de la comunidad local?
Yo creo que es fundamental. Es posible, pero requiere de comunicación. Todos tienen que ganar. Todo está bipolarizado. Hay que escuchar a todos los actores del turismo. La voluntad de diálogo y el entendimiento son esenciales.
¿Decrecer es la solución?
No creo que sea necesario. Hay que trabajar de forma conjunta entre todos los implicados en el mundo del turismo. Hablamos mucho de la falta de vivienda y lo más fácil es atacar al alquiler vacacional. Puede ser un problema, pero no es el único.
¿Deberían limitarse los cruceros en Palma?
Habría que ver cuál es su impacto real, tanto en el medio ambiente como en la economía. Me faltan datos para poder hacer un diagnóstico claro.
Es habitual que usted utilice en sus redes sociales frases lapidarias como «Cuidar no es complacer», «Cuidamos a las personas» o «Pedir una opinión no es delegar una decisión, es enriquecerla».
Nosotros creemos de verdad en el proceso de humanización de la empresa. Obviamente, el objetivo de la empresa es generar beneficios, como cualquier otra. A la hora de hablar o exponerse públicamente, intentamos que nuestro mensaje llegue de forma correcta al equipo. Cuantas más opiniones tengamos, mejor. No queremos un discurso de buenismo, sino que tenemos una cultura empresarial. Tenemos una forma distinta de hacer empresa.
Usted también ha dicho en varias oportunidades que «callarse no es prudencia, es complicidad».
En muchas oportunidades nos callamos demasiadas cosas. Es importante pronunciarse para promover cambios. Estar constantemente callado es omisión. No hablar, no cuestionar en voz alta, no es prudente.
Otra de sus frases más reconocidas es «tu equipo no es tu servicio». Entiendo que es una crítica a propietarios y directivos.
Sí. Creo que la industria debe escuchar a los trabajadores, debemos saber qué dicen, cuáles son sus inquietudes. Propietarios y directivos no tienen en demasiadas ocasiones el respecto que se debería tener con la plantilla. No se trata de generalizar, pero debe existir un cuidado con el trabajador. Tu trabajador es tu cliente interno. Si no tienes capacidad de escuchar a tu cliente interno es porque estás fallando. Abrir el diálogo no significa que voy a hacer todo lo que tu me dices.
Los hoteleros se quejan de la mala fama.
La mala fama es el mayor problema que tiene la industria turística. La solución es el diálogo.
¿Mar Senses quiere crecer? ¿Ganar tamaño es uno de los objetivos?
El año pasado compramos un nuevo activo, un hotel en Cala d’Or. Ya tenemos cinco. No pretendemos crecer de forma vertiginosa, sino ‘poc a poc i amb bona lletra’.
¿Están los activos inmobiliarios de la empresa modernizados y actualizados?
En 2020, comenzamos un programa de actualización de nuestros establecimientos. Hemos cambiado la metodología y ya no hacemos reformas integrales, sino reformas continuas. Cada año destinamos una cantidad de dinero a este proceso.
¿Habéis conseguido prolongar la temporada?
Nuestra temporada se inicia en Semana Santa, aunque en algunos establecimientos comienza unos días antes y acaba en los primeros días de noviembre.
¿Abrir más de siete o ocho meses no es posible?
Es complicado. Yo entiendo que ahora el reto es subir las tarifas de los meses de abril y mayo.
He podido leer alguna crítica suya al que ha denominado como el postureo de la sostenibilidad.
Mar Senses cuenta con huertos propios en los que el pasado año tuvimos una producción de verduras y fruta, de unas tres toneladas. Queremos certificar nuestros productos como ecológicos.