Un buen acuerdo y un buen gobierno

En junio de 2023, justo después de las elecciones de 28 de mayo de 2025, negocié con Dolfo Vilafranca, ganador de las elecciones, un acuerdo de gobierno para el Consell Insular de Menorca. El gobierno salido de ese acuerdo, aun con sus muchas dificultades, todo gobierno las tiene, ha sido positivo para Menorca.

La responsabilidad en política nos obliga a buscar el bien común y el interés general. No todos han estado en lo mismo. La izquierda más rancia y caduca de Menorca, ajena a las verdaderas necesidades de los menorquines, ha obstaculizado toda iniciativa de un gobierno trabajador y cumplidor con los compromisos adquiridos. El trabajo de este gobierno del Consell Insular deja en evidencia el de las dos anteriores legislaturas del mal llamado pacto de progreso, que fueron incapaces de acabar la carretera general y aprobar un PTI mínimamente decente en un tiempo prudente y lógico, no cinco días antes de las elecciones después de haber gobernado durante ocho años.

El actual gobierno del PP de Dolfo Vilafranca en el Consell Insular está demostrando compromiso, seriedad, gestión, responsabilidad y buen gobierno. La política en Menorca tiene que pivotar a día de hoy sobre tres puntos de apoyo que son absolutamente imprescindibles para avanzar como sociedad moderna y proyectada al futuro.

El primero es el PTI, Menorca no podía seguir sin estudios de carga para saber si habíamos alcanzado el límite de vehículos que circulan en Menorca, ya lo tenemos. La izquierda no lo quiso hacer. Menorca necesita saber dónde y cómo construir. Los menorquines no queremos convertir Menorca en Eivissa, de acuerdo, pero hay que dar respuesta a la demanda de vivienda digna y asequible para los menorquines. Que un joven de Fornells no pueda comprar una casa en su pueblo no es de recibo, que no lo pueda hacer en Ciutadella, en Mahón… no es aceptable. La población de Menorca ha crecido, somos más de 100.000 habitantes censados y, como es natural, la gente necesita casas en las que vivir. Tampoco les podemos obligar a que vivan en micropisos. No solo los ricos deben poder vivir en casas con jardín, los trabajadores más humildes también tienen derecho. Los menorquines merecemos vivir donde queramos, como queramos y con quien queramos. La izquierda no nos dirá ni dónde, ni cómo, ni con quién. Los menorquines tenemos la dignidad necesaria para decidir nuestro futuro. No lo decidirá por nosotros la izquierda más obtusa, intransigente y negligente de los últimos años.

El segundo es la carretera general. No se puede estar ocho años sin hacer nada y teniendo la carretera paralizada. Pregunten a tantos transportistas, taxistas, y, en general, a los ciudadanos que cada día necesitan desplazarse a otro pueblo para acudir a su puesto de trabajo. Ya no diremos nada del verano ni de la carga que soporta dicha carretera durante los meses en los que Menorca acumula más presión humana. El actual gobierno de Dolfo Vilafranca está determinado a finalizarla para dar, sobre todo y principalmente, seguridad vial a los menorquines. Lo merecemos.

El tercero es el agua. Menorca necesita agua potable para sus ciudadanos. La presión humana hace difícil este reto, pero no imposible. Los problemas del agua en Mahón y la incapacidad del actual Ayuntamiento de la ciudad para resolverlo son un claro ejemplo de ello. En este caso la desaladora del levante menorquín anunciada por el Govern balear de Marga Prohens es, sin duda, la solución. Ante nuevas necesidades y nuevos retos necesitamos soluciones en grande. La Menorca de hoy ya no es la Menorca de los 60.000 habitantes de hace 50 años. Nos guste o no, Menorca ha cambiado y la población residente necesita soluciones para garantizar los derechos fundamentales y constituciones de la población. La desaladora proporcionará agua para llenar los acuíferos, bajar los niveles de nitratos y proporcionar la necesaria agua limpia y potable para toda la población. En este sentido me enorgullece dar apoyo al Govern de Marga Prohens en el Parlament de las Illes Balears, que sí se preocupa y ocupa de los problemas hídricos de Menorca.

Por todo ello, el gobierno del Consell del PP de Dolfo Vilafranca es, sin duda, el gobierno que está transformando Menorca en aquello que los menorquines quieren y necesitan. No podemos vivir en el recuerdo de la Menorca de nuestra infancia. La Menorca y los menorquines de hoy requieren respuestas ante los nuevos retos planteados. Los gobernantes debemos estar a la altura y dar respuesta a sus necesidades. Vivir del recuerdo es propio de personas de edad avanzada donde la mayoría tienen la vida, por lo menos, encaminada. Los jóvenes menorquines nos interpelan para que desde las instituciones resolvamos los graves problemas heredados de la inacción de la izquierda que vive instalada en su situación neoburguesa y acomodada, pero los jóvenes menorquines, generaciones millennials, Z y Alpha, precisan respuestas y soluciones. No les podemos fallar. Con los pies en el suelo y la mirada puesta en el horizonte de los nuevos retos, no les vamos a fallar.

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