Como ya el mundo sabe, el genocidio cometido por Israel al pueblo palestino, ha sido detenido abruptamente por la cumbre de «paz» inaugurada por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, con este supuesto acuerdo que pretende vender a la opinión pública que dicho conflicto fue una guerra común entre dos ejércitos sin ningún civil inocente, excepto si este cumple con los parámetros para ser occidental, de resto todos los palestinos, cristianos o musulmanes son entrenados desde el primer momento para dinamitar al pobre estado israelí.
Este pensamiento, a pesar de ser reproducido en los medios de comunicación con una clara influencia sionista, la mayoría de los ciudadanos del mundo condenan el genocidio, así lo pudimos apreciar en la vuelta ciclista de Madrid, en la cual la presidenta con complejo de Puigdemont madrileño, decidió hundir su imagen de forma estrepitosa importándole más el estado de unos competidores israelíes que la barbarie de millones de personas en Gaza. Ahora bien, realmente el gran culpable de que hoy estemos exigiendo el respeto al derecho a la vida, es el estado teocrático de Israel. Sí, teocrático, porque quien utiliza una escritura sagrada para justificar la muerte de inocentes, ya no es un país, sino una organización criminal que se refugia en argumentos religiosos incompatibles con el derecho internacional.
Por lo tanto esa sociedad que muchos políticos en España definen como un «bastión de occidente» es exactamente igual al Irán que tanto rechazan, simplemente que el carnicero de Rafah utiliza una estrella de David como insignia (la cual deshonra de forma abusiva).
Para concluir, os dejo un pequeño ejercicio para que podáis entender mejor la razón de este escrito: Imaginaos que ahora mismo desembarca en el puerto de Maó un buque con miles de colonos con una supuesta promesa que deben cumplir en toda la isla de Menorca y toman de golpe la capital y expulsan a las y los mahoneses de sus casas, y así, poco a poco, dejan al resto de menorquinas y menorquines arrinconados en partes diminutas de Ciutadella y Alaior ¿Os quedariais de brazos cruzados dejando que roben la tierra que os vio nacer y donde habéis hecho toda vuestra vida? Evidentemente no, luchariais incluso dando la vida para que Menorca no desaparezca y no sea borrada del mapa con otro nombre que no tiene, en absoluto, ningún parentesco con nuestro hogar, pues esto, es lo que desde hace 77 años padecen las y los palestinos, no los dejemos solos.