Por ello, adaptar la rutina de cuidado capilar durante la temporada de baños es fundamental para preservar un pelo fuerte y saludable. La peluquería Salón Cheksa comparte sus recomendaciones esenciales para proteger el cabello en la playa y la piscina, haciendo especial énfasis en errores comunes como los recogidos mal realizados.
Antes de que empiece la etapa de baños y exposiciones solares, es aconsejable realizar un corte específico llamado «sellado de puntas». Esta técnica consiste en eliminar una mínima cantidad de cabello para fortalecer y sellar las puntas, evitando así que se abran y se quiebren con facilidad. Además, aporta una forma más estética y resistente a la melena, facilitando también la aplicación de productos posteriores.
Junto a este corte, un tratamiento hidratante profesional es crucial para preparar el cabello frente a las agresiones externas. Por ejemplo, el tratamiento de proteínas ha sido muy valorado este año por sus beneficios para mejorar la fortaleza capilar y devolver la elasticidad a la fibra. Este tipo de tratamientos ayudan a crear una barrera protectora que evita daños profundos por el sol, la sal o el cloro.
Rutinas recomendadas durante la temporada de piscinas y playa
Una vez que comienza la exposición frecuente al agua de la piscina y al sol, es imprescindible ajustar los productos que se utilizan habitualmente. Se recomienda sustituir el champú habitual por productos formulados para la protección del color, incluso si no se tiene el pelo teñido, ya que estos champús suelen contener ingredientes que mitigan los efectos agresivos del cloro y el agua salada.
El uso de acondicionadores es fundamental en cada lavado para mantener la hidratación. Además, es aconsejable reemplazar el acondicionador al menos una vez por semana por una mascarilla nutritiva. Esta debe aplicarse generosamente por todo el cabello y dejarse actuar durante varios minutos para lograr una penetración óptima en la cutícula capilar. De esta forma, se refuerza la fibra y se previene la deshidratación.
Otro paso clave es la aplicación de aceites especiales para el cabello sobre mechones mojados, preferiblemente después del lavado. Estos aceites hidratan y protegen la melena durante horas, formando una capa protectora que ayuda a conservar la suavidad y reduce la erosión causada por el cloro y la radiación solar.
Además, mientras se disfruta del sol en la piscina o playa, es indispensable reaplicar un spray protector con base de aceite para continuar protegiendo la fibra capilar de los daños acumulativos del ambiente.
Precauciones importantes con los peinados y el sol directo
Un aspecto frecuentemente subestimado es el tipo de recogidos que se utilizan durante las actividades al aire libre. La especialista alerta sobre el uso inadecuado de peinados recogidos que pueden causar tensión excesiva sobre el cabello, debilitar la raíz y provocar roturas, especialmente cuando el pelo está expuesto a la humedad y a los tratamientos químicos.
Asimismo, la exposición directa y prolongada al sol es una amenaza constante para la salud del cabello. Para minimizar estos efectos nocivos, se recomienda evitar tomar el sol sin protección directa sobre la cabeza. El uso de gorros o sombreros es un aliado muy eficaz que además protege el rostro y previene quemaduras solares.