Estando en la temporada invernal que es cuando nuestra Isla, sufre menos presión humana, Mateu Vives, Joan Salom y un servidor, tres amigos que nos reunimos de vez en cuando, para algún ágape, o alguna visita como la Planta de Milá, la central de Endesa, de nuestro puerto. Esta vez fuimos a visitar el Castillo de San Felipe, no sin antes haber contactado con el guía oficial del Consorcio Militar, Fernando Serrano Llabrés, por cierto, un verdadero gustazo con sus explicaciones.
En la orilla sur de la bocana del puerto de Mahón, se levantó a mediados del siglo XVI, siguiendo la traza del ingeniero italiano Juan Bautista Calvi, el castillo fue construido para oponerse a los periódicos ataques de la escuadra turca en el Mediterráneo Occidental, que atacó Menorca dos veces en poco más de veinte años.
La posición del castillo facilitó las comunicaciones españolas con Italia durante los siglos XVI y XVII y más tarde, durante la ocupación británica de Menorca, sirvió como arsenal naval de apoyo a la otra colonia británica en territorio español, Gibraltar.
Se trataba de un castillo con cuatro baluartes unidos por cuatro cortinas, rodeados por un estrecho y profundo foso excavado en la piedra. En el siglo XVII, se amplió cubriendo las cortinas por revellines al otro lado del foso, y al conjunto se le rodeó de camino cubierto, estacada y glacis.
Inglaterra en 1713, a la firma del Tratado de Utrech obtuvo la soberanía de Menorca. Los ingenieros británicos le dieron más profundidad y amplitud, construyendo alrededor del antiguo castillo español nuevas contraguardias, revellines y lunetas, con sus respectivos fosos que se enlazaban unos a otros en distintos niveles, dándole su característica forma de estrella de 8 puntas, convirtiéndolo así en una de las mayores fortalezas de la época.
Junto al castillo, demasiado próximo a él creció el Arrabal, que fue empleado por las tropas francesas, del mariscal Duque de Richelieu en 1756, para aproximarse al castillo y tomarlo por asalto.
En 1763 el Tratado de París ponía fin a la Guerra de los Siete Años entre Inglaterra y Francia, y Menorca fue devuelta a los británicos.
El 19 de agosto una escuadra franco-española, compuesta por 52 buques al mando del Duque de Crillón desembarcó por las calas de Sa Mesquida y Alcaufar. El castillo de San Felipe fue sitiado durante largo tiempo, hasta que se rindieron los ingleses el 4 de febrero de 1782, recuperando España la Isla, después de más de medio siglo en manos británicas. Carlos III ordenó su demolición
Entre 1782 y 1798 Menorca estuvo bajo soberanía española, hasta que el 7 de noviembre de 1798, en una nueva guerra contra Gran Bretaña, las fuerzas del general Charles Stuart desembarcaban en la isla y derrotaban a la guarnición española
En 1802, por el tratado de Amiens, Menorca vuelve definitivamente a manos españolas. En 1.805, el castillo de San Felipe se volvió a demoler por orden del Carlos IV, quedando solo las baterías necesarias para defender el puerto.
Desde el aire se marca la silueta de lo que fue aquel castillo. En la actualidad puede visitarse una zona de la obra exterior del mismo, así como sus galerías subterráneas, en parte recuperadas gracias a la labor del Consorcio del Museo Militar de Menorca.
El Diari-MENORCA, publicaba el 13 de junio del presente año: El Castell de Sant Felip, uno de los elementos patrimoniales más valiosos del puerto, se deshará finalmente del emisario de la depuradora de Mahón–Es Castell que lo cruza por su interior desde los años ochenta. La Agencia Balear del Agua (Abaqua) ha anunciado este viernes la licitación del proyecto para cambiar el trazado de la canalización. Lo hará con un novedoso sistema que permite realizar una perforación horizontal dirigida y cuyo coste final se estima en 10 millones de euros.
El nuevo emisario se adentrará en el mar antes de llegar a la bocana, en concreto poco después de las casas de la urbanización de Sol de l’Est.
De esta forma se evitará cruzar la antigua fortaleza, declarada Bien de Interés Cultural. Tampoco será necesario intervenir en su estructura o inmediaciones. Una vez definido el proyecto, será necesario obtener los permisos pertinentes para la obra. (sic)
Pero cuando accedes al recinto de esta fortaleza, lo primero que te llama la atención es un tubo de fibrocemento que discurre en paralelo a la carretera de servicio del complejo. Si preguntas al guía, te dirá que es el emisor de aguas residuales de las poblaciones de Es Castell y Mahón. Y si continúas el interrogatorio, te comentará que se instaló en 2004, para sustituir al que discurría desde treinta años antes por una de las galerías del castillo, con carácter provisional.
Vatuadell cent llamps, esperamos que ya esté el proyecto listo, para poder obtener los permisos pertinentes sin demora… Es una vergüenza ver la canalización del emisor de aguas residuales, cruzando un Bien de Interés Cultural.
Si vivim no veurem sa tubería aèria creuant Sant Felip.
José Barber Allés
Mochilero
[email protected]